Una forma que parece el resultado de haber estrujado su estructura, líneas curvas, paneles de aluminio y un blanco imperante. Casi doscientos metros de alto acogen en esta torre de gesto humano un centenar y medio de apartamentos, que permiten vivir contemplando unas sensacionales vistas.
Es el edificio sueco HSB Turning Torso, un singular monumento a medio camino entre la escultura y los rascacielos, obra del arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava. Recuerda la columna vertebral de un jugador de tenis ejecutando un golpe de revés, girando 90º sobre su propio eje para conseguirlo, y crea un efecto de vorágine a través de sus formas curvas. Obra de Santiago Calatrava que recibió el encargo de la HSB, una asociación cooperativa para el alojamiento en Suecia. Surgió después de que el director de dicha compañía viera la foto de una escultura de Calatrava, a quien propuso que diseñara un edificio de apartamentos basado en esta misma obra. El resultado fue esta trepidante estructura de ciento noventa metros de alto, con una base central circular y compuesta por nueve cubos individuales. Cada uno de los cubos cuenta con cinco pisos, los dos primeros niveles estén dedicados a un espacio de oficinas el resto es residencia. En total suman ciento cincuenta y dos apartamentos. No quedados relegados el ocio y el placer, contando el edificio con un gimnasio, con jacuzzi incorporado, y dos pisos brindados a observar las espectaculares vistas que disfruta la zona donde está situado. A pesar de que cada apartamento tiene una amplitud diferente, entre cuarenta y cinco y ciento noventa metros cuadrados, cada uno de ellos está orientado para sacar el máximo provecho a la contemplación de las perspectivas que llegan del exterior. Techos altos y grandes ventanales acentúan la altura y abren el espacio, resaltando la gran cantidad de luz natural que se cuela por cada rincón. Los diseños de las plantas fueron creados por Samark Arkitektur & Design AB, quienes desarrollaron treinta y tres planos diferentes confiriendo un aspecto “un tanto especial” al edificio, en palabras de Stefan Bergkvist, directo manager del estudio de arquitectos. El resultado final ha ganado varias conmemoraciones, entre ellas el prestigioso premio MIPIM de Cannes al mejor edificio residencial del mundo.
Dory Kelly
«Casa Viva»